De los errores se aprende.
Con la experiencia se reflexiona. Se integra razonadamente en nosotros porque hemos experimentado una experiencia con la que hemos podido vivir en nuestra piel una sensación, una acción, una sucesión de maniobras. Claro que, con la experiencia, viene necesariamente el error; que nos hace no aprender, sino automatizar cuál es el camino incorrecto. Con o sin dolor. Afectando más o menos, según sea la situación. Pero siempre quedan grabados en nuestra mente. Al fin y al cabo, la experiencia no es más que eso; las lecciones que nos brindan nuestros errores.
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