To be loved

Llevo varios días dándome cuenta de lo reconfortante que es que alguien te recuerde que le importas. Sobre todo de personas de las que no te lo esperas, por las que has mostrado algo de cariño o sacrificio pero no esperabas nada a cambio. O aquellos familiares lejanos que ves dos veces al año y de repente te plantan un comentario en Facebook. Suena ridículo, pero es una sensación muy agradable. Saber que cuentas con personas que no ves día a día, que casi habías olvidado que existían. Pues siguen ahí. Y te lo recuerdan.

Por esto me parece importante no hacer suposiciones, si algo o alguien te importa, dilo, no des por supuesto que la gente lo sabe. Porque hay ocasiones en que no es así. Nos gusta que nos recuerden que todavía importamos algo (y lo digo en primera persona). Por eso quiere, pide perdón, comparte. 

Si te has cabreado con tu padre, déjate de tonterías y dile que le quieres antes de irte a dormir, él se irá mucho más tranquilo y tú también. 

Otra cosa que no soporto, el cabrearse por tonterías. El dejar de hablar, el enfadarse sabiendo que tarde o temprano os acabaréis perdonando. Enserio, estás malgastando un tiempo precioso en el que podrías compartir mogollón de momentos y vivencias con esa persona. Si te molesta algo DILO, no estés una semana sin hablar a alguien hasta que se de cuenta de qué ha hecho mal.

No hagas suposiciones, deja las cosas claras, tanto sus sentimientos, como pensamientos, ideas, emociones, todo. Y vivirás mucho más tranquilo, suelta toda la mierda que llevas dentro. Sé impecable con tus palabras, eso está claro, pero aclara las cosas. Siempre que puedas.