Carpe Diem, ostia.

"A veces me pregunto si lo que hacemos, las decisiones que tomamos, estaban destinadas a suceder. Si no hay manera de cambiarlas. Es decir, si cualquier cosa que hagamos sucede porque tenía que ser así, si en un momento dudas lo que hacer por si está escrito, igual ese momento de duda estaba escrito también. 

¿Existe una realidad en la que en lugar de comprarme un kinder bueno esta mañana le hubiese dado un euro diez al mendigo que estaba en la puerta? ¿Estaría haciendo lo mismo que hago ahora? Si una mañana se me olvida lavarme los dientes, o hacer exactamente lo que hago otros días, ¿va a cambiar mi suerte? Vale vale, me estoy emparanoiando. Pero a mi eso de que tengan decidido de antemano lo que voy a hacer no me mola nada. 

Me gusta ser impredecible, hacer cosas que nadie espera, dar un giro de repente y que nadie y todos se sorprendan. Decidir, cambiar y reinventar. Dejar un misterio en el aire. El misterio es la clave de toda la vida. 

¿Qué estímulo tiene el vivir si es sólo una película ya filmada que se reproduce por primera vez? Dejad de preocuparos tanto por el futuro, que no es más que el presente que está por llegar. El futuro no existe, aunque llegará; el pasado no existe, aunque pasó. Todo es presente, un presente en movimiento constante, un presente que decidimos invertir en unas cosas u otras. El presente viene y se esfuma a la misma velocidad. 

Vive tu presente como te gustaría hacerlo, inviértelo en cosas de provecho, siempre algo de lo que puedas sacar una enseñanza. En eso consiste vivir. En aprender, y aplicar tus enseñanzas, en disfrutar y en ser feliz. 

Que para eso estamos, para ser felices. Nadie nos paga por ello, pero tampoco por sufrir y amargarnos la existencia."