Prejudice.
No sabemos nada de los demás. Ni siquiera ellos lo saben. No conocemos sus historias, sus pensamientos, sus vivencias, experiencias ni problemas.
La apariencia no es más que eso, apariencia, y cada uno tiene pleno derecho a aparentar lo que le salga de ahí abajo. Es decir, si tenemos que tener un aspecto determinado por fuera y unas ideas preestablecidas por dentro, ¿qué cojones tiene esto de libertad? ¿De qué sirve tener un universo de posibilidades si la sociedad te exige ir prácticamente uniformado para no ser despreciado?
Me dan asco las personas que critican por criticar, por amor al arte, por puro entretenimiento, y cuando les preguntas por qué prejuzgan te sueltan un 'no sé, jaja'.
Me revienta. Que cada persona tenga que enfrentarse a las críticas de los demás, que en ocasiones son muy ruines, por simple entretenimiento. Si os aburrís, os compráis un puto pony y lo peináis, joder. Dejad ya de machacar a los demás. Bastante tiene cada uno con su vida y sus problemas diarios. No es justo para nadie, y todos lo hacen, todos se perjudican y nadie se beneficia. Entonces, ¿de qué sirve?
Lo gracioso es que se ha convertido en un acto mecánico, inconsciente, el quedarte mirando a una persona obesa o con una forma de vestir peculiar por la calle. Es decir, ¿qué pasa? Ah, ¿tú no tienes defectos? Espera, ¿por qué iban a ser defectos?
Nadie tiene ni tendrá la suficiente autoridad como para criticar a otra sin razón alguna. Si una persona actúa de una determinada manera, o se encuentra en una situación, tendrá una baraja de razones detrás de ello. Hay veces que tenemos que cargar con situaciones que nos vienen de imprevisto y para colmo tenemos que soportar la presión de los demás.
Encontrarte a una chica de 17 años cuidando a un bebé y pensar 'menuda guarra', o 'vaya cabeza'. Enserio, déjala en paz, no sabes por lo que ha pasado. No conoces su historia. Ni siquiera conoces su nombre.
Alguna vez simplemente desconecto de la sociedad de la Tierra y me convierto en mi mente en un espíritu de un universo distante mirando a este a través de un cristal, y pienso sobre el prejuicio, y me doy cuenta de que joder, es la maldita cosa más tonta del mundo. Esto no nos ayuda en absoluto, así que ¿por qué lo hacemos?
La apariencia no es más que eso, apariencia, y cada uno tiene pleno derecho a aparentar lo que le salga de ahí abajo. Es decir, si tenemos que tener un aspecto determinado por fuera y unas ideas preestablecidas por dentro, ¿qué cojones tiene esto de libertad? ¿De qué sirve tener un universo de posibilidades si la sociedad te exige ir prácticamente uniformado para no ser despreciado?
Me dan asco las personas que critican por criticar, por amor al arte, por puro entretenimiento, y cuando les preguntas por qué prejuzgan te sueltan un 'no sé, jaja'.
Me revienta. Que cada persona tenga que enfrentarse a las críticas de los demás, que en ocasiones son muy ruines, por simple entretenimiento. Si os aburrís, os compráis un puto pony y lo peináis, joder. Dejad ya de machacar a los demás. Bastante tiene cada uno con su vida y sus problemas diarios. No es justo para nadie, y todos lo hacen, todos se perjudican y nadie se beneficia. Entonces, ¿de qué sirve?
Lo gracioso es que se ha convertido en un acto mecánico, inconsciente, el quedarte mirando a una persona obesa o con una forma de vestir peculiar por la calle. Es decir, ¿qué pasa? Ah, ¿tú no tienes defectos? Espera, ¿por qué iban a ser defectos?
Nadie tiene ni tendrá la suficiente autoridad como para criticar a otra sin razón alguna. Si una persona actúa de una determinada manera, o se encuentra en una situación, tendrá una baraja de razones detrás de ello. Hay veces que tenemos que cargar con situaciones que nos vienen de imprevisto y para colmo tenemos que soportar la presión de los demás.
Encontrarte a una chica de 17 años cuidando a un bebé y pensar 'menuda guarra', o 'vaya cabeza'. Enserio, déjala en paz, no sabes por lo que ha pasado. No conoces su historia. Ni siquiera conoces su nombre.
Alguna vez simplemente desconecto de la sociedad de la Tierra y me convierto en mi mente en un espíritu de un universo distante mirando a este a través de un cristal, y pienso sobre el prejuicio, y me doy cuenta de que joder, es la maldita cosa más tonta del mundo. Esto no nos ayuda en absoluto, así que ¿por qué lo hacemos?
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