Los días perfectos que no acaban bien

A veces me pregunto qué hago aquí. Cuál es el sentido de mi existencia, o más bien qué pretendo conseguir con mi vida. Tengo la suerte de poder plantearme estas preguntas en lugar de tratar de sobrevivir un día más, vida que le ha tocado a millones de personas en el mismo planeta que yo. No quiero centrarme en eso ni irme por las ramas, pero también es algo escalofriante que me da mucho que pensar. 
Partamos del hecho de que tengo una vida increíble, con una familia y amigos increíbles y una pareja que también lo es. Y en esta vida maravillosa que me ha tocado, de lo cual creo que aun no soy muy consciente, he encontrado mi vocación dentro de la psicología, del conocimiento de la mente humana y de la aplicación de estos conocimientos para aplicarlos a mi vida y ayudar a otras personas. Y dentro de la psicología, voy construyendo mis senderos y esculpiendo por aquellos caminos por los que creo que me voy a sentir más realizada y/o feliz. El tema de buscar constante/obsesivamente la felicidad también es algo de lo que me gustaría pensar, pero de nuevo no ahora. 
A donde quiero llegar es a que uno de esos senderos, cada vez más luminoso, me envía señales o anhelos de ser alguien grande, alguien con unos conocimientos increíbles por encima de la media, alguien ya no con prestigio sin más sino con una razón de ser y un fundamento de todas sus ideas que aporte su granito de arena al mundo, quiero ser alguien que por medio del conocimiento y formación llegue a lugares a los que otros, por falta de motivación o recursos, no pudieron llegar. ¿Si quieres, puedes? No lo creo, eso no es siempre así. Lo que sí creo es que para poder hay que querer, y si se quiere de verdad se trabaja duro, ya no por tener constantemente en la cabeza esa meta final, sino porque poco a poco va surgiendo de uno mismo esa curiosidad que lleva al trabajo y pasito a pasito convierte a alguien completamente diferente de lo que era al principio, maduro y sabio, que aunque puede que cegado por una verdad subjetiva y relativa, alguien que ha encontrado su razón de ser o su base para aplicar esos conocimientos recién adquiridos para hacer del mundo algo un poquito mejor, que no digo cambiarlo, sino ayudar a aquellos que quieren ser ayudados, o que simplemente lo necesitan, y hacerlo con la certeza de que no podrías haberlo hecho mejor, o ayudado de forma diferente o más completa o correcta, sabiendo que tus fuentes de conocimiento te darán recursos más que suficientes para ayudar a todo aquel que quiera ser ayudado. 
Es por eso que he llegado a la conclusión de que quiero una formación grande, ya no solo por el prestigio, por el trabajo asegurado, o por la obtención de una vida cómoda, sino por saber que se han resuelto todas las dudas que tengo en mi cabeza sobre quiénes somos, cómo funcionamos y cómo nos comportamos conforme a ello. Y creo que para acceder a eso una manera acertada será acercarme aquellos lugares en los que los conocimientos sean más amplios, los puntos de vista sean muchos  y bien fundamentados, donde no sea difícil adquirir respuestas a determinadas preguntas, donde el prestigio del lugar se demuestre con la práctica... Sé que no tengo una mente prodigiosa pero sí superior a la media, y creo en mí y en que todo puede conseguirse si se trabaja duro por ello... Tampoco quiero darme de morros contra la pared, y está claro que tengo miedos e inseguridades... Pero, si lo intento y fracaso, de la manera que sea, al menos tendré la conciencia tranquila por haberlo intentado, y estaré en el mismo lugar del que partí, que tampoco está nada mal, por lo que podré continuar, con una mayor o menor dificultad la vida que quiera vivir sobre esa base... Pero, ¿cuál es mi base, donde la pongo? ¿Soy yo quien lo decide? 
¿Qué puede más, el miedo o las ganas?

Comentarios

Entradas populares de este blog

I'M VEGAN

Friends