What really matters
… Y que todo cambio sea
siempre para bien
Todo aquello que
merezca la pena no será fácil…
Pero vas por buen
camino.
Cada uno sigue su camino, y lo que para otros son pasos de enanito,
para otros son zancadas de gigante. Quédate siempre con tu propia medida. Solo tú
eres el mejor en ser tú y mismo, y solo tú puedes decidir lo que quieres ser y
hacer que pase. Las comparaciones son siempre odiosas, y hacen que nos queramos
peor, ya que siempre habrá personas que estén por debajo de nosotros. Eso no
significa absolutamente nada. Al final del día, quien cuenta somos nosotros, y la
armonía que tenemos con nuestro cuerpo, nuestra mente el universo que nos rodea. Somos seres
sociales, que conviven, que intercambian, que sienten e interaccionan. Pero la
vida no viene con manual de instrucciones. Y por mucho que nos enseñen caminos
que seguir y valores que acoger, al final es nuestra propia experiencia sobre
esos caminos lo que determinará si son para nosotros o no.
Y recuerda, siempre,
que las cosas más maravillosas de la vida, están al otro lado del miedo. Que solo
vivimos una vez, y que los “qué hubiera pasado si” suelen pesar más con los
años, a medida que el tiempo se acaba. Lo que se tiene que acabar son las
expectativas, el qué dirán, el seguir la norma y el conformarnos con lo que
hay. Porque hay una gran diferencia entre existir y VIVIR. Y ya que tenemos la
oportunidad de elegir si vivimos o simplemente existimos, yo digo que VIVAMOS. Que
nos dejemos llevar, que nos perdamos en un atardecer, en una sonrisa cálida, en
un rayo de sol, en la sensación de los pies en la arena, en el suspiro al
alcanzar la cima de una montaña, la delicia de una comida, un paseo, un detalle
inesperado, un gran sueño convertido en gran realidad. Y que aunque el tiempo
se acabe, y aunque las cosas cambien, debemos quedarnos con lo bueno, lo que
nos suma, lo que nos llena. La mejor y única manera de vencer con la vida ante
la muerte, es convertir esa vida en una obra maestra.
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