Hoy he llegado a algún límite, creo. No me puedo creer que se me esté juzgando de manera tan cruda por tener compasión. Por tratar a otros que se asemejan a mi más de lo que se nos ha enseñado como iguales. Es que no llego a comprender qué mal hago a nadie por no comer animales. Ni cómo es posible que lo radical sea no hacerlo, no comer animales, en lugar de lo contrario. Sobre todo cuando la ciencia y la evolución han demostrado que es totalmente innecesario. La compasión, esa cualidad de la que tanto presumimos como humana, es burlada hasta la saciedad por el miedo a enfrentarnos a una realidad que en el fondo sabemos que existe. Cada vez que hablo del sufrimiento animal, o comento la realidad sobre la industria alimentaria, recibo muchos comentarios del tipo "ay no, no me lo cuentes, no quiero saberlo"; mientras disfrutan del saturado sabor del bacon, o del queso. Y con esto no quiero culpar a nadie. Todos hemos crecido en entornos en los que la proteína venía del ...
Tropezar con la misma piedra por segunda vez es de humanos. Pero ver la piedra venir, y dirigirse hacia ella pensando que eres capaz de esquivarla, y volver a tropezar, es de ser gilipollas. Si has tenido problemas con esa piedra en el pasado, no pretendas que por arte de magia ahora seas inmune a ella. No es una manera de demostrar que lo tienes superado. Es todo lo contrario. Estás castigándote a ti mismo por volver a tropezar y decirte '¿Ves? Lo has vuelto a hacer mal. Eres gilipollas.' ¿De qué te sirve castigarte así? Estás anteponiendo tu orgullo a tu amor propio. Eso es lo peor que puedes hacer. Si has fracasado en algo, si has tocado fondo, es completamente normal, eres humano. No busques ser perfecto, tienes que comenzar a asimilar que no lo eres. Asume tu condición humana, estás diseñado para tropezar con una y miles de piedras. Incluso volver a tropezar en las mismas piedras. Pero si ves una tercera vez esa piedra, alto. No te va a hacer bien intentar enfrentarte a...
Comentarios
Publicar un comentario