Diario de sueños. 10/2/2015

Me encuentro en Egipto de turismo con mis padres y mi hermana. Es la segunda vez que venimos y eso se nota porque estamos mucho más relajados y abiertos a explorar los alrededores, tanto es así que decidimos cruzar el Nilo a través de un palo de madera o incluso nadando (mi hermana). Llegamos a una islita en la que hay poco que ver, pero es preciosa. Nada más llegar vemos una calle con muchas casas de colores a un lado, y el agua cristalina del Nilo al otro. Nos adentramos en el pueblo y llegamos a un bar en el que hay por lo menos doce aparatos que parecen relojes pero son sólo radios, y están allí a modo de colección. Nos sorprende haber llegado a ver un bar. Continuamos la aventura y llegamos a una playa muy estrecha, donde el espacio de piedra para sentarnos es muy reducido. Se acerca un perro negro azabache e imponente de grande, pero resulta aparentemente inofensivo y le hacemos alguna foto con la playa de fondo. Decidimos que allí ni hay más que ver y continuamos la ruta hacia otra isla ( tenia nombre pero no lo recuerdo, aunque puede que pareciese griego).

Quiero recordar algo sobre otro sueño en el que aparecía una compañera de clase, verónica, relacionado con su viaje a Tanger, pero no logro recordar nada más.

Hay otro sueño que he olvidado.