Diario de sueños 8/10/2014

Se inventa una "atracción" en la que puedes ver en espacio con tus propios ojos y estar en él más cerca que nunca. La máquina tenía una forma similar a una lavadora, con dos orificios que se abrían y cerraban y con múltiples asientos a lo largo de la superficie. Estos asientos tenían un sistema de seguridad pésimo, que consistía en introducir un enganche como de cinturón o sujetador y conectar una cinta a su encaje. Era aparatoso y para nada seguro. 

El caso es que monto en esta atracción un par de veces, en las que hay tensión pero todo va bien. De pronto, vuelvo a montar y algo que me distrae me impide abrocharme el cinturón de seguridad a tiempo. Trato de ayudar a otra persona a hacerlo antes de que se abran los orificios y el vacío del espacio nos absorba, pero es demasiado tarde. Como un aspirador, en cuestión de segundos salgo de mi asiento y me escurro por el orificio que lleva al espacio, tratando de aferrarme a cualquier cosa para evitarlo. Esta otra persona que tampoco pudo se agarra a mi pierna y juntas salimos dando tumbos y vueltas de campana alejándonos cada vez más rápido de esta nave o atracción. Me hago consciente de que estoy en el espacio, y mi primera reacción es dejar de respirar, literalmente. Contengo la respiración mientras veo cómo cada vez es mayor la distancia que me separa de mi salvación y menor la posibilidad de salvarme. Tras varios segundos mi mente me da un aviso :'eh, es un sueño, tienes que respirar' e inevitablemente comienzo a respirar, muy lentamente, como para disimular y evitar mi muerte. Como en la película de Gravity, a lo lejos un equipo de rescate se va acercando a por nosotros. Mi mente se relaja y mi paciencia se agota. Al fin llegamos a la nave y por arte de magia ya no me encuentro allí, sino en una sala cualquiera en la superficie de la Tierra. De pronto aparece Ángel Rielo, que parece calmar mi agitación sólo con aparecer. Le hablo con calma diciendo: "eh, que casi me traga el espacio y me muero!" de manera muy espontánea y relajada, como si no tuviera mayor importancia.

Nada que añadir. Freud, interpreta mi sueño por dios.